domingo, 19 de febrero de 2017

¡CÍNICO! ¡JUDAS! ¡FARISEO!
DE COMO LO HONORABLE SE TORNO DESHONROSO

¡Eres todo un CÍNICO! ¡Tu nombre debería ser JUDAS! ¡Te comportas como todo un FARISEO!

¿Qué sentirían si alguien les dice esto a ustedes? Sin temor a equivocarme puedo decir que se sentirían ofendidos, ya que estas palabras tienen en la actualidad un significado nada grato. Cínico, fariseo y Judas hoy día son sinónimos de descarado, hipócrita y traidor respectivamente.  No creo que a nadie le gustaría que lo traten con estos calificativos. Pero ¿sabían que estas tres palabras en la antigüedad eran palabras con un significado honorable? 

DE FILÓSOFOS A DESCARADOS
Empecemos con los cínicos. Estos eran un grupo de filósofos que pertenecían a una escuela fundada en Grecia (s. IV y III a.C.) por un filósofo llamado Antístenes  (discípulo de Sócrates) Una de las características de la escuela cínica era que vivían de manera sencilla y criticaban mordazmente los vicios y el estilo de vida liberal y disoluto de la sociedad helénica de su época. La palabra “cínico” viene del término griego “kynikós” que significa “perro”. Quizá se les llamaba así por su estilo de vida simple y despreocupado o porque ladraban contra los desórdenes de sus conciudadanos. Hasta Alejandro el Grande llegó a sentir tal respeto por un filósofo de esta escuela, cuyo nombre era Diógenes que llegó a afirmar: Si no fuera Alejandro, yo quisiera ser Diógenes.

Diógenes el filosofo cínico 

DE MARTILLO DE DIOS A TRAIDOR
En cuanto al nombre Judas debemos trasladarnos al periodo intertestamentario (entre el Antiguo y el Nuevo Testamento), específicamente a la época en la que los judíos estaban bajo el dominio de Siria. En este tiempo los israelitas vivían con relativa tranquilidad, celebrando sin problemas su culto a Dios en el templo de Jerusalén y bajo las órdenes del sumo sacerdote. Esta situación cambió en el año 175 a.C. cuando ascendió al trono de Siria un rey llamado Antíoco IV (conocido como Epifanes). Con el propósito de mantener la unidad de su reino empezó a imponer por la fuerza la cultura griega a todos los pueblos bajo su dominio, entre ellos los judíos. Durante ese periodo los judíos experimentaron una presión y una persecución que se fue intensificando cada vez más. En esos días fatídicos fueron destituidos dos Sumo Sacerdotes, se construyó un gimnasio a la par del templo al cual asistían jóvenes judíos para practicar deportes completamente desnudos,  con la venia del sumo sacerdote, el rey Antíoco entró al sagrado templo (nunca había entrado un pagano) y se apoderó de los utensilios sagrados que había allí, se prohibió so pena de muerte circuncidar a los niños, guardar el Sabbath, celebrar sus fiestas religiosas y además la posesión de los libros sagrados y por si esto fuera poco, se construyó en el templo de YHVH una estatua de Zeus para que le rindieran culto. Sería en este estado de cosas cuando en el año 166 a.C. un sacerdote piadoso llamando Matatías se sublevó y huyó a las montañas en compañía de sus cinco hijos para organizar la resistencia armada en contra de Epifanes y sus colaboradores. A éstos se unió un grupo de judíos llamados “los asideos” (piadosos) y que eran devotos de la ley (1 Macabeos 2:42). Ya organizados empezaron una especie de guerra de guerrillas contra los sirios que tuvo mucho éxito. A pocos meses de iniciada la rebelión Matatías murió y fue sucedido por uno de sus hijos llamado Judas, conocido posteriormente como Macabeo “Martillo” La fuerza combativa de Judas fue tal que en apenas dos años  reconquistó Jerusalén, destruyó la estatua de Zeus y purificó el templo. Judas Macabeo se convirtió en un héroe nacional. Se dice que cuando murió todo Israel lo lloró e hizo un gran duelo por él y repitieron por muchos días ¿Cómo es que ha caído el héroe que salvaba a Israel? Se dice además que sus actos de valentía y sus títulos de gloria no fueron escritos porque eran muchos (1 Macabeos 9:19-22) De esta manera el nombre Judas se convirtió en célebre y honorable; y si leemos el Nuevo Testamento notaremos que se menciona a varios Judas: 

a) Judas el hermano de Jesús (Mateo 13:55) a quien se atribuye la epístola que lleva su nombre (Judas 1:1) 

b) Había otro discípulo de Jesús que también llevaba ese nombre (Lucas 6:16 – Juan 14:22) 

c) Hubo un sedicioso llamado Judas el Galileo (Hechos 5:37) 

d) Judas de Damasco en cuya casa se hospedó Saulo de Tarso después de convertido (Hechos 9: 11) 

e) Un Judas de sobrenombre Barsabás conocido de los apóstoles y principal entre los hermanos que acompañó a Pablo y a Bernabé hasta Antioquia después de los acuerdos del concilio de Jerusalén (Hechos 15:22) 

f) Judas Iscariote “el traidor”. Y después de muchos años en que el nombre Judas se consideró honorable, sería por la traición del Iscariote que el respetable nombre se mancharía de ignominia hasta hoy. Y fue así como el nombre Judas pasó de representar algo heroico a ser sinónimo de traición. 

DE SER LOS SEPARADOS A SER LOS HIPÓCRITAS
Los fariseos fueron un grupo religioso judío que nació en el siglo II a.C. un poco después de la historia de los Macabeos que acabamos de relatar de manera muy breve ¿recuerdan que mencionamos a los asideos que se unieron a Matatías y a sus cinco hijos en su rebelión contra Antíoco IV? Pues bien, los fariseos surgieron de ese grupo de judíos celosos de la ley ¿Cómo ocurrió dicho surgimiento?  Cuando Judas Macabeo murió fue sucedido por su hermano Jonathan quien al no conformarse con el poder político que heredó al suceder a su hermano, quiso también el poder religioso y por tal motivo se autonombró sumo sacerdote, rompiendo así con  la sagrada tradición que prescribía que éstos debían ser descendientes de Sadoq. Fue así como los asideos crearon un grupo que se dedicaría al estudio y a la observancia estricta de la ley de Moisés, dicho grupo se llamó “perushim” (de donde se deriva la palabra fariseo y que significa separados) los fariseos deseaban guardar la totalidad de los mandamientos de Dios y por tal razón se dedicaron con profunda pasión a estudiar detenidamente las Escrituras; dicho estudio les llevó a descubrir que en el Pentateuco (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento) había 613 leyes, 248 negativas (no harás esto) y 365 positivas (haz esto) eran hombres muy religiosos y que dedicaban horas y horas a discutir el texto con el fin de conocerlo hasta en sus más mínimos detalles y de esta manera obedecerlo a la perfección.  Pero serían las páginas de los Evangelios en el Nuevo Testamento las que lanzarían sus más agresivos ataques a este grupo de judíos piadosos que pretendían mediante su observancia de la ley alcanzar el favor salvador de Dios, y fue así como “fariseo” dejó de describir a hombres honorables que se distinguían del resto por su esfuerzo en obedecer a Dios a ser sinónimo de hipocresía.  


CONCLUSIÓN Las palabras evolucionan con el correr del tiempo y en ese proceso una palabra puede adquirir diferentes acepciones y significados. Conocer esta evolución hará crecer nuestro bagaje cultural y a la vez expandirá nuestros horizontes cuando tratemos ciertos temas.