martes, 5 de julio de 2022

 

PRESO SIN PROCESO

Lea Hechos 16:16-24; 35-40

La cita bíblica de arriba nos narra los sucesos que tuvieron lugar después que una joven adivina fue liberada por el poder de Cristo en Filipo. Liberada del poder diabólico que la poseía, perdió sus capacidades adivinatorias trayendo perjuicio a sus amos que se lucraban de ella a manos llenas. Sus crueles amos atraparon a Pablo y a Silas y con violencia los llevaron al Ágora (plaza pública) con el fin de acusarlos formalmente ante las autoridades civiles. Es a partir de este punto que deseo que descubramos algunas lecciones de gran valor y actualidad acerca de la astucia de los codiciosos, la manipulación de las masas, la omisión de los debidos procesos judiciales y la postura cristiana ante los abusos.


LA ASTUCIA DE LOS MALOS
Ante los magistrados, los amos de la joven presentaron una acusación hábilmente elaborada, que pretendía captar el interés y la simpatía de la gente y de sus autoridades y lo hicieron así:

1) exacerbaron el prejuicio popular: «𝒂𝒏𝒕𝒊𝒔𝒆𝒎𝒊𝒕𝒊𝒔𝒎𝒐» (v.20)

2) denunciaron una grave violación a la ley romana: «𝒂𝒍𝒕𝒆𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒐𝒓𝒅𝒆𝒏 𝒑𝒖́𝒃𝒍𝒊𝒄𝒐 𝒚 𝒍𝒂 𝒅𝒊𝒇𝒖𝒔𝒊𝒐́𝒏 𝒅𝒆 𝒊𝒅𝒆𝒂𝒔 𝒓𝒆𝒍𝒊𝒈𝒊𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒊𝒍𝒊́𝒄𝒊𝒕𝒂𝒔» (v.20)

La acusación captó exitosamente la atención del pueblo y de sus autoridades al tiempo que ocultaba el único interés que tenían aquellos esclavistas: «𝒆𝒍 𝒆𝒄𝒐𝒏𝒐́𝒎𝒊𝒄𝒐». La acusación exacerbó de tal manera el prejuicio popular anti judío, que la gente allí reunida terminó amotinándose contra los apóstoles, sin cuestionar la veracidad de las acusaciones, y peor aún, sin darse cuenta que se convirtieron en los tontos útiles de aquellos esclavistas codiciosos.

LA DEBILIDAD DE LAS AUTORIDADES Las autoridades civiles estaban en jaque y debían hacer algo, ya que la denuncia en contra de los acusados era muy grave y a la vez el pueblo estaba ejerciendo una fuerte presión al haberse amotinado ¿Qué hicieron los magistrados? ¿Investigaron el caso siguiendo el debido proceso contemplado en el derecho romano o complacieron al pueblo que exigía una acción punitiva inmediata contra los misioneros a quienes ya consideraban culpables? Los magistrados optaron por complacer al pueblo, omitiendo en el acto el debido proceso y así, ordenaron que Pablo y Silas fueran desnudados ante una multitud que ávida de sangre, presenció con entusiasmo sádico cada golpe que los lictores daban con sus varas a los apóstoles. Después, sin juicio ni condena, los heraldos fueron encerrados en lo más profundo de un calabozo, con sus pies sujetos al cepo como si fueran peligrosos criminales.

LA RESISTENCIA DE PABLO Al siguiente día, los magistrados dieron la orden para que los misioneros fueran liberados secretamente de la cárcel. Pablo, se rehusó a acatar la orden diciendo: «¿Cómo? A nosotros, que somos ciudadanos romanos, que nos han azotado públicamente y sin proceso alguno, y nos han echado en la cárcel, ¿ahora quieren expulsarnos a escondidas? ¡Nada de eso! Que vengan ellos personalmente a escoltarnos hasta la salida» (v.37). En este punto cabe preguntar ¿No hubiera sido más “cristiano” someterse a la orden salir? ¿No hubiera sido preferible solo dar gracias a Dios por la libertad? Según Pablo no, ya que con su actitud y rechazo a la orden de los magistrados estaba condenando la ausencia del debido proceso en su contra, así como la doble moral de ellos. 

CONTEXTUALIZANDO A LOS PROTAGONISTAS

LOS ESCLAVISTAS representan a aquellos que al conocer bien los intereses de los políticos y los prejuicios del pueblo les es fácil manipularlos para su propio beneficio.

LOS AMOTINADOS representan a esas personas que son fácilmente manipuladas y utilizadas cuando otros más astutos que ellas, conocen sus prejuicios y los exacerban para su provecho. Esas personas asumen como cierta la narrativa de los astutos y no se toman el tiempo para indagar si es verdadera o no.

LOS MAGISTRADOS representan a los funcionarios que, con tal de complacer a la gente, ignoran la ley y sus debidos procesos a la vez que quieren evitar las consecuencias de sus ilegalidades.

PABLO representa a los cristianos que conocen y hacer valer sus derechos y que tienen una postura crítica y firme ante los abusos.

CONCLUSIÓN Toda persona sin excepción tiene derecho a ser juzgada siguiendo siempre el debido proceso. Seguirlo, pondrá freno a los abusos de poder de las autoridades, desoirá las voces de los que no hacen distinción entre justicia y venganza y evitará el cometimiento de injusticias.

¿Cómo evitar injusticias, abusos y arbitrariedades? Actuando apegados a derecho y siguiendo los debidos procesos de ley para que así el culpable reciba su justo castigo y el inocente sea absuelto.