¿ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA O ARREBATAMIENTO EXTÁTICO?
Mientras que “la exégesis” nos lleva a descubrir el verdadero sentido de los pasajes bíblicos “la eiségesis” consiste en poner en ellos nuestras propias ideas. Tal es el caso del siguiente versículo:
Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: SUBE ACÁ, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas (Apocalipsis 4:1) (énfasis mío)
Cuando muchos leen este versículo, creen (sin tener más opción que lo que aprendieron) que el mismo está haciendo referencia inequívoca al momento exacto cuando la iglesia es arrebatada de la tierra para encontrarse con su Señor en las nubes (1 Tesalonicenses 4: 17). Pero cabe preguntar ¿es eso así? Seguramente no, ya que el texto, su contexto y la totalidad del libro de Apocalipsis impiden asumir como cierta dicha interpretación.
Lo que Juan el profeta de Patmos está describiendo, es el arrebato extático que vivió para recibir la revelación de Jesucristo. Él no subió físicamente a ninguna parte, ya que sus pies en ningún momento dejaron de pisar el suelo de la isla de Patmos. Por eso es que el versículo siguiente dice:
Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado (v.2)
Estando ya en el Espíritu, Jesús resucitado le revelará el curso de la historia de la iglesia hasta el triunfo final y definitivo del reino de Dios sobre los reinos de este mundo.
Este tipo de frases no son ajenas en la literatura apocalíptica judía, por ejemplo hallamos una similar en un libro apócrifo llamado «EL TESTAMENTO DE LOS DOCE PATRIARCAS» (s. II a.C) que dice:
El ángel me abrió entonces las puertas del cielo y vi el templo santo y al Altísimo sobre un trono de gloria (Levi 5:1)
La frase «PUERTA ABIERTA EN EL CIELO» significa que se está a punto de acceder a un conocimiento y a una comprensión profunda del mundo mediante una revelación divina.
CONCLUSIÓN Cuando estudiemos un pasaje de la Biblia esforcémonos por descubrir su verdadero sentido y significado. De lo contrario, cometeremos el error de hacer que la Biblia diga lo que nosotros creemos o lo que queremos.