martes, 9 de julio de 2019

LA SAMARITANA, HISTORIA DE UN PUEBLO Y SU CONVERSIÓN

Algunos estudiosos de la Biblia consideran que el relato del diálogo de Jesús con la mujer samaritana no es tanto la historia de una desdichada mujer de samaria, sino la historia del nacimiento del pueblo samaritano y su conversión. Es decir, no es un pasaje que relata un hecho histórico acontecido durante el ministerio de Jesús, sino un acontecimiento posterior a su resurrección, es a saber: la conversión de los samaritanos.  

DATOS A CONSIDERAR en cuanto a la historicidad del relato. 

RELACIÓN DE JESÚS CON SAMARITANOS Si tomanos como base a Mateo y a Lucas concluiremos que la relación entre Jesús y los samaritanos no era tan buena. En Mateo Jesús prohíbe a sus discípulos que entren en pueblos samaritanos a predicar (10:5, 6) y Lucas en la fase final del ministerio de Jesús nos muestra como los samaritanos lo rechazaron impidiendo que él se quedara en uno de sus pueblos (9:51-56) 

SILENCIO LUCANO Otro dato interesante es el hecho que Lucas quien nos narra la conversión de los samaritanos por medio de Felipe el evangelista (Hechos 8: 5-8) no diga absolutamente nada acerca de una masiva conversión de samaritanos durante el ministerio de Jesús ocurrida apenas unos pocos años atrás (Juan 4: 39-41). A esto añadamos el silencio sinóptico de un relato de incuestionable trascendencia.



¿ESPERANDO AL MESIAS? No menos interesante es el hecho que la samaritana le haya dicho a Jesús que esperaba al Mesías (Juan 4:25) cuando de sobra es sabido que los samaritanos nunca esperaron al Mesías ya que éste descendería de David (de Judá) con quien se habían enemistado políticamente desde hace siglos. Los samaritanos (que solo aceptaban el Pentateuco) esperaban al Profeta del cual había hablado Moisés (Deuteronomio 18:18) asi que históricamente era imposible que una samaritana esperara una figura mesiánica vinculada estrictamente con la casa de David (2 Samuel 7: 12-16). Ellos esperaban al Profeta que vendría probablemente de la tribu de Leví así como Moisés, tribu con la cual sí tenían un vínculo ancestral.
Estos tres aspectos (sin mención de otros más) ponen a prueba la historicidad del diálogo junto al pozo de Jacob. 

LA HISTORIA SAMARITANA (2 REYES 17: 19 - 40) El reino de Israel se dividió en dos en la época de Roboam el hijo de Salomón (1 Reyes 12: 1-24). Desde entonces hubo dos reinos: el de Israel compuesto por las diez tribus del norte y cuya capital era Samaria y el de Judá en el sur, compuesto por las tribus de Judá y Benjamin y cuya capital era Jerusalén. En el año 722 a.C. los asirios conquistaron a Israel y deportaron (como era su costumbre) a miles de israelitas a otras naciones (según archivos asirios fueron 27.290) y en su lugar llegaron a Samaria miles de extranjeros provenientes de cinco lugares (Babilonia, Cuta, Ava, Jamat y Sefarvaim) y que como era de esperar ellos no adoraban a YHVH. En esos días hubo muchos incidentes con leones que mataban gente en la tierra de Israel, esto fue interpretado como un castigo de YHVH ya que los nuevos habitantes de Samaria no lo adoraban a él. Cuando el rey asirio es informado de este incidente, acata la recomendación de llevar a Israel un sacerdote israelita para enseñar a los nuevos habitantes a adorar y honrar a YHVH. El resultado fue sincretismo religioso ya que aprendieron a adorar a YHVH sin dejar sus dioses. Los samaritanos surgieron de la mezcla del remanente de israelitas que quedaron en la tierra de Israel con las cinco naciones gentiles que llegaron a poblar esa tierra. 

LA SAMARITANA, REPRESENTACION DE LA CONVERSION SAMARITANA (Juan 4:1-42) No es ajeno a las Escrituras que una nación sea representada por medio de la figura de una mujer (Jeremías 3:1-10) de allí que sea plausible ver en la samaritana al pueblo samaritano. Lo que hemos dicho de la historia de este pueblo encaja bien con la historia de la samaritana en el Evangelio de Juan. Los cinco maridos de la samaritana representan a los dioses de las cinco naciones que los asirios llevaron a Samaria y el marido que ella tenía pero que no era suyo representa ese sincretismo religioso en el que se honraba a YHVH pero no de manera exclusiva. El autor del Evangelio de Juan escribe a una iglesia que está compuesta por samaritanos que han confesado a Jesús como Mesías y la historia de la samaritana no hace otra cosa que representar a los cristianos samaritanos convertidos tiempo después de la resurrección de Jesús. El relato en cuestión representa ese paulatino acercamiento del pueblo samaritano a la fe en Jesús el Mesías. Primero la samaritana llama a Jesús: judío (9) luego Señor (15) más tarde profeta (19) después Mesías (29) para finalmente ser llamado el Salvador del mundo por los mismos samaritanos (42) 

El diálogo entre Jesús y la samaritana nos muestra la riqueza literaria de la Biblia, que al desconocerla nos priva de enseñanzas poderosas que fortalecen nuestra fe en las Escrituras. Las verdades divinas en la Biblia no siempre están sujetas a la precisión histórica de todos sus relatos. En la Biblia la Teología precede muchas veces a la precisión histórica, sin menoscabo de su inspiración y autoridad. 

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