CATASTROFE EN MASADA
La
primera guerra judeo romana tuvo lugar entre los años 66 y 73 d.C. Al inicio
los judíos alzados en armas obtuvieron importantes victorias que después fueron
eclipsadas por las derrotas que les infligieron las legiones romanas. Después
de perder Galilea y Judea quedó un reducto de judíos fanáticos que se
refugiaron en Masada («fortaleza» en hebreo).
Masada,
estaba ubicada sobre una roca natural a unos 50 metros sobre el nivel del mar, estaba
protegida por una muralla de unos 1500 metros de longitud y 4 de ancho y con
abundantes reservas de agua y alimentos para resistir muchos días. En esta
fortaleza se atrincheraron unos 1000 judíos (no todos combatientes) entre los
que según algunos informes, había sicarios que eran un grupo separado de los
zelotes y mucho más fanáticos y extremistas que ellos.
La resistencia de los defensores fue heroica pero inútil, ya que cuando los primeros soldados romanos entraron a la fortaleza no hallaron más que 2 mujeres y 5 niños que se habían escondido; el resto se había suicidado como un último acto de desafío contra Roma. Fue así como acabó la rebelión judía que había iniciado 6 años antes. Hoy, casi dos mil años después, dicha resistencia contra el imperio sigue inspirando a muchos, entre ellos, los soldados israelíes que juran que «Masada nunca volverá a caer».
La
aplastante derrota judía que empezó en Galilea y que culminó en Masada, no fue
otra cosa que la evidencia indubitable del rechazo y el abandono divino de esa
nación. De nada sirvió la determinación fanática de los zelotes ni lo
inexpugnable de la fortaleza en la que se atrincheraron, de todas maneras
sucumbieron, azotados por la implacable ira divina.
Esta
historia vista desde la perspectiva del Nuevo Testamento, no es una lección de
heroísmo, sino una advertencia a todos aquellos que rechazan al Unigénito de
Dios. Ya Jesús lo había anunciado en una de sus parábolas: «Al
oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos
homicidas, y quemó su ciudad» (Mateo 22:7).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario