LOS PECADOS DE SODOMA Y GOMORRA
Llama la atención que cuando los profetas de Dios en el Antiguo Testamento recordaron los pecados de Sodoma y Gomorra ninguno de ellos mencionó la homosexualidad.
El primero en mencionarlas fue Isaías en el siglo VIII a.C. cuando llama a los principes de Judá «principes de Sodoma» y a los judíos les dice «pueblo de Gomorra». Cabe destacar que no les llama así porque practicaran la homosexualidad, sino porque practicaban una vida religiosa carente de justicia social y protección a los más débiles y vulnerables (1: 10-17).
Luego en el siglo VII a.C. será Jeremías quien volverá a mencionar a las célebres ciudades al comparar sus prácticas con las de los profetas de Jerusalén, las cuales fueron: el adulterio, la mentira y la complicidad con los que hacían lo malo (23:14).
Y la última mención vendrá de Ezequiel en el siglo VI a.C. al afirmar que los pecados que se cometieron en Sodoma fueron: soberbia, saciedad de pan, abundancia de ociocidad y su indiferencia ante la necesidad de los afligidos y menesterosos (16:49).
No se puede negar que en Sodoma y Gomorra se practicara el pecado de la homosexualidad así como se ha practicado siempre y se seguirá practicando hasta el final de esta era. Pero tampoco podemos negar que si algo los profetas destacaron de sus prácticas no fue la homosexualidad, sino la injusticia social y la falta de solidaridad para con los pobres y oprimidos y es por eso que cuando YHVH le dice a Abraham que la «querella» contra Sodoma y Gomorra es grande (Génesis 18:20) a lo que se refiere es a la queja constante de los oprimidos y menesterosos que eran víctimas recurrentes de la opresión, las injusticias y la falta de solidaridad para con los pobres y menesterosos de parte de estas ciudades prósperas y poderosas.
No deja de ser interesante que tenemos la capacidad de indignarnos por la proliferación de la homosexualidad y de arremeter con ímpetu contra dicha práctica pecaminosa y al mismo tiempo relativizar y minimizar las injusticias y opresiones de los ricos y poderosos de este mundo, cuyas prácticas execrables fueron señaladas y condenadas con contundencia por los tres profetas ya mencionados.
PREGUNTÉMONOS:
¿Cuál pecado de todos los cometidos en Sodoma y Gomorra nos provoca más indignación?
Si hubieramos escrito en lugar de Isaías, Jeremías y Ezequiel ¿qué pecado hubiéramos destacado y condenado más?
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