domingo, 8 de enero de 2017

LA IGNORANCIA ES MI GUÍA

Hace muchos años atrás (más de 20) escuché a mi primer pastor hablar acerca de algo que yo ignoraba completamente. Él mencionó a una tal “crítica alta” y una tal “crítica baja”,  no explicó en qué consistía cada una, pero eso sí, afirmó de modo fehaciente que eran ciencias que contradecían las verdades fundamentales del Evangelio ¿Qué hice yo? Nada, solo me quedé con esa información sin investigarla y sin profundizarla y así nunca más lo escuché hacer mención de dichas ciencias. Con el correr de los años vine a Elim y estando en la Misión tampoco escuché nada bueno ni nada malo acerca de dichas críticas, simplemente no escuché nada al respecto. 


Sería en una clase de Biblia allá por el año 2008 cuando pregunté al exponente ¿qué opinión tiene usted acerca de la crítica alta y la crítica baja? La respuesta del hermano me sorprendió, él me dijo que dichos términos eran obsoletos y ya no se usaban; en su lugar estaban los términos: Crítica lingüística, de las formas, de la redacción, de la historia y crítica literaria. Como la clase no era de ese tema no hubo oportunidad ni tiempo para seguir preguntando, pero eso sí, me quedé inquieto y a la vez recordé un librito que había adquirido un par de años atrás titulado ¡Fidelidad! ¡Integridad! Editado por Luciano Jaramillo Cárdenas en el que se mencionaban las ciencias en cuestión. Tomé una decisión: empezaré a investigar en qué consiste cada crítica y en ese esfuerzo adquirí dos libros (fotos adjuntas) en los que de una manera sencilla y desde una perspectiva evangélica se explicaba con detalle en qué consistía cada una.  


Recuerdo también la noche del sábado 14 de diciembre de 1996, cuando después de haber realizado mi célula, me dirigí a otra célula del sector al cual pertenecía. Cuando llegué me doy cuenta que mi supervisor estaba trabado en una discusión acalorada con una persona que profesaba doctrinas contrarias a nuestra fe. Era un hombre que creía que Jesús es el mismo Padre y el mismo Espíritu Santo, afirmaba también que la doctrina de la Trinidad era una herejía y que el bautismo salvaba y que debía recibirse bajo la “formula” bautismal: en el nombre de Jesús. Sus argumentos estaban basados en varios versículos bíblicos y  exponía sus ideas de una manera en que me era imposible refutarle; hice lo más obvio y sensato: no participe de la discusión ya que estaba seguro que saldría derrotado. Fue entonces que decidí que ya no ignoraría ese tema y que el día siguiente compraría un libro que ya conocía de nombre, era: El bautismo en el Nombre de Jesús, escrito por el pastor Mario Vega. Lo compré, lo leí con detenimiento al punto que en ese entonces llegué a dominar de manera modesta todo lo que tenía que ver con la herejía del unitarismo y como podía refutarla con argumentos bíblicos. 


Estos dos ejemplos de mi vida personal muestran cual ha sido la ruta que he seguido en mi aprendizaje, es decir que cuando tropiezo con un tema que ignoro lo investigo hasta tener al menos una idea modesta acerca del mismo. Esto naturalmente ha supuesto algunas veces una inversión económica que no siempre es posible hacer. Con todo, ahora existen sitios web en los que se puede descargar algún libro o leerlo en línea. 

Si desean superarse en materia bíblica no vivan quejándose que no entendieron un escrito, una prédica o de la falta de consideración de alguien que habló o escribió algo de lo que ustedes poco o nada saben, tampoco se queden con las dudas así como yo, ni tampoco asuman como propias las ideas de otros, al contrario, mejor pregunten, investiguen, busquen respuestas, adquieran el material que puedan, etc. 

Cuando me preguntan ¿Cómo es que aprendió lo que ahora sabe? Yo les dijo casi de manera invariable: la ignorancia es mi guía

2 comentarios:

  1. Si, el pastor Mario escribió un libro acerca de esa doctrina .Y nos da una buena enseñanza.

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  2. Si, el pastor Mario escribió un libro acerca de esa doctrina .Y nos da una buena enseñanza.

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