sábado, 28 de enero de 2017

¿YHVH EL DIOS VENGATIVO QUE DESTRUYÓ AL CHALLENGER?

Hoy 28 de Enero de 2017 se cumplen 31 años desde que el Transbordador espacial Challenger explotó en el aire llevando a bordo a siete tripulantes, entre ellos a una maestra de bachillerato llamada Christa McAuliffe. Por razones que no puedo explicar, las imágenes del transbordador en llamas, así como también la fecha en que ocurrió la tragedia, se quedaron grabadas en mi mente como una impronta aun cuando para entonces solo tenía 11 años de edad.

Christa McAuliffe


Cuatro años después (1990) me convertí al Señor y desde entonces me apasioné por la Palabra y la buena prédica. Recuerdo que a principios de los noventas en una radio cristiana (no recuerdo cual) se transmitía todos los domingos por la mañana un programa llamado "Impacto Evangelístico" conducido por un escatólogo y evangelista panameño llamado Rogelio Cooper. Fue quizá entre 1991 y 1993 cuando escuché uno de sus programas en el que disertaba acerca del texto de Abdías 1:4 que dice: “Aunque te eleves como águila, y entre las estrellas pongas tu nido, de allí te derribaré, dice YHVH” basado en este texto, el predicador habló entre otras cosas acerca de la explosión del Transbordador y sin tapujos ni componendas afirmó que la trágica muerte de todos los tripulantes fue un castigo de Dios. Pero ¿por qué afirmaba eso? Bueno, por un lado decía que el nombre Challenger (en español “desafío”) fue un desafío de la NASA hacia el Dios creador, y por otro lado afirmó que Christha McAuliffe había dicho que cuando estuviera en el espacio les demostraría a sus alumnos que Dios no existía. Así que su aplicación del versículo bíblico antes mencionado fue que la NASA y McAuliffe habían desafiado a Dios y Él como consecuencia había destruido la nave junto con toda su tripulación. En otras palabras YHVH "el vengador" dio un golpe implacable de autoridad suprema sobre la mesa. 

Esa predicación, al igual que la tragedia de 1986, se quedó grabada en mi mente. Siendo un joven predicador y más tarde un pastor usé esa información en un par de mis predicaciones. Con el correr de los años y en la medida en que fui desarrollando mi capacidad de análisis y contextualización y sobre todo que aprendí más de la sagrada Escritura, empecé a hacerme los siguientes planteamientos ¿Era cierto que Cristha McAuliffe había dicho eso? Y si de verdad lo dijo ¿Dónde está esa fuente fidedigna a la que yo pueda acudir para corroborar el dato de forma libre e independiente? Y si la información era verídica ¿Se puede concluir que Dios destruirá la vida de seis personas inocentes por lo que dijo su compañera? ¿Será que el Padre de misericordia es tan caprichoso como los dioses griegos, como para vengarse de forma tan implacable y desmedida por la insensatez dicha por un ser humano finito e imperfecto? 

Transbordador Challenger


A la conclusión que llegué fue que yo hice afirmaciones solo por el hecho que otro predicador las hizo, nunca verifiqué lo verídico de sus afirmaciones, al contrario solo las repetí. Denigré la memoria de una buena madre, esposa y maestra a la que nunca conocí y que seguramente jamás dijo lo que decían que dijo. Y lo peor de todo que con mi exposición bíblica estaba mostrando una imagen distorsionada de Dios, que no se parece en nada a la imagen de un Dios paternal, paciente, compasivo y misericordioso presentado por el mismo Jesús de Nazareth. 

No repitamos algo solo porque otro lo dijo, no defendamos doctrinas, solo por el hecho que siempre han sido creídas, no asumamos como cierto algo solo porque la mayoría lo considera cierto. Atrevámonos a investigar, a cuestionar, a buscar la verdad de las cosas. No teman ir en contra de la corriente. Y por sobre todo, cuidémonos de no presentar a Dios usando palabras y conceptos que NUNCA fueron utilizados por Jesús cuando hablaba acerca de la naturaleza, conducta y personalidad del Padre. 

Es verdad que Dios un día juzgará y castigará. Pero lo hará en el día que Él y solo Él ha determinado y bajo sus propios criterios de justicia y no según los nuestros. Así que todos los que predicamos el glorioso Evangelio desinfectemos nuestras exposiciones de infundios y medias verdades y por sobre todo presentemos al Padre tal como Jesús lo presentó, después de todo ¿Quién si no Jesús conoció perfectamente como es ese Dios inmutable?  

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