EL RICO Y LAZARO Y SUS PARALELOS EN EL MUNDO MEDITERRANEO ANTIGUO

¿Sabían que en el mundo Mediterráneo antiguo había algunos relatos que tenían ciertas similitudes con el relato del rico y Lázaro que nos contó Jesús? 

Hay por ejemplo dos historias, una egipcia y una judía que son bastantes similares con el relato lucano. A continuación un brevísimo resumen de cada uno de estos relatos.

LA LEYENDA EGIPCIA nos habla acerca de un príncipe llamado Setme que asomado por una ventana del palacio observa el entierro de dos hombres, uno rico y el otro pobre. Mientras que el primero fue sepultado en medio de gran lujo y riqueza, el segundo fue sepultado sin pena ni gloria. Setme expresa su deseo de ser enterrado como el rico, por tal motivo, es llevado por Si-Osiris a la ciudad de los muertos en donde el príncipe presencia la inversión de suertes para el rico y el pobre. Ambos son juzgados por Osiris y el rico sufre tormentos, en tanto que el pobre vive en una posición de exaltación. 

EL RELATO JUDIO nos habla de dos hombres de la ciudad de Ascalón que mueren simultáneamente. Uno de ellos era un publicano rico llamado Bar Maján cuya sepultura se realiza en medio de un gran ceremonial, el otro en contraste, era un piadoso estudiante de las Escrituras que muere olvidado. Otro joven estudiante de la Torá reflexiona en el asunto y considera que dicha situación había sido injusta. Un día su colega difunto le visita en sueños y le muestra la inversión de suertes que vivía tanto él como el recaudador de impuestos en el más allá; ya que mientras el piadoso estudiante vive en una especie de jardín paradisíaco, el rico en cambio vive atormentado y sin posibilidades de beber ni siquiera agua. 

Como habrán notado estos dos relatos tienen algunas similitudes con el relato del rico y Lázaro contado por Jesús. En los tres se nos habla de un hombre rico y otro pobre que mueren casi al mismo tiempo, sus sepelios fueron abismalmente distintos, al morir experimentaron en la otra vida una inversión de suertes que es revelada a los vivos con bastantes detalles, además de todo esto al menos uno de sus protagonistas recibe nombre.

Resalta el hecho que en todas las culturas ha existido la conciencia que después de esta vida hay otra y que en esa otra vida las cosas serán muy distintas a como las conocemos aquí y ahora. La parábola contada por Jesús no tenía como propósito principal el describir la vida de ultratumba, sino denunciar el uso pecaminoso de las posesiones materiales y resaltar la responsabilidad social que tenemos para con nuestro prójimo (a esa conclusión llegamos cuando leemos este relato en su contexto). Jesús contradice la idea farisea que la riqueza y la pobreza eran la remuneración de Dios para el fiel y el infiel respectivamente. Es decir que para ellos no era un escándalo que hubiera personas viviendo de manera opulenta mientras otras padecían hambre. Según su teología cada uno tenía lo que merecía. Jesús no obstante muestra que en el reino de Dios las cosas son al revés. El que Jesús relatara la vida terrena y de ultratumba de estos dos personajes es una muestra que la justicia o la injusticia social que practiquemos acá repercutirá en la eternidad (Mateo 25: 31-46)