miércoles, 9 de noviembre de 2016

LAS CRISIS Y LA VISION DEL TRONO

Ante la crisis que nuestro país vive cada uno puede tener su propia valoración: castigo divino por la desobediencia del pueblo salvadoreño, señales apocalípticas que anuncian la inminencia del fin, golpe de estado, incompetencia del ejecutivo, etc. Pero independientemente de la valoración que hagamos no debemos olvidar que el Señor continúa en su trono.



ISAÍAS Y SU VISION DEL TRONO quien llegara a convertirse en un profeta y político audaz fue llamado por el Señor en momentos de conmoción nacional, ya que el rey Uzías de Judá había muerto recientemente. Uzías o Azarías gobernó al pequeño reino del Sur por más de 50 años y durante esa época su reinado se caracterizó por la prosperidad en diferentes aspectos, entre ellos el militar y la agricultura.
 La muerte de un rey así supuso el desaliento de muchos, fue justamente en esa época de incertidumbre cuando Isaías tuvo una visión en la cual vio a Dios sentado en su trono (Isaías 6:1) En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un  trono alto y sublime. 

JUAN Y SU VISION DEL TRONO Unos ochocientos años después el pueblo del Señor (la iglesia) estaba sufriendo cruentas persecuciones promovidas por fuerza políticas (Roma) y religiosas (judaísmo)  fue en ese clima de incertidumbre, preocupación y dolor cuando un profeta llamado Juan tuvo una visión en la cual pudo ver el trono de Dios. “Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, a uno sentado” Apocalipsis 4:2. 

Llama la atención que en momentos de crisis Dios se revele sentado en su trono ¿Qué representa la imagen de un trono? Lo que representa es el poder y la autoridad del rey. Dios en su trono es la imagen que debemos tener presente en nuestros corazones en los momentos de debilidad, incertidumbre y aflicción.
Creo que detrás de todo lo que ocurre hay fuerzas mezquinas que tras bastidores generan un clima de inestabilidad con el fin garantizar el cumplimiento de sus intereses diabólicos; sin embargo, es nuestro Dios el que tiene el poder ¿Cuál debe ser nuestra responsabilidad? En primer lugar no perder de vista que el Señor está en control de todas las cosas y en segundo lugar, asumir como Isaías y como Juan el compromiso de ser profetas que traigan esperanza al pueblo cansado, como también una palabra de denuncia en contra de todo pecado personal o estructural. 

Les invito a hablar no como el mundo incrédulo, pecador, irreflexivo y ciego. Hablemos como personas que saben que Dios está en control de todo, y que a la vez trabajan tesoneramente por edificar en el aquí y en el ahora el reino del que está sentado en el trono. 

¡No desmayemos hay mucho que hacer aún!

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