SI LAS RODILLAS LE TIEMBLAN ¡ARRODÍLLESE!
Hace un poco más de diez años un amigo y hermano en Cristo me obsequió varios libros. Entre todos los que me dio había uno que contenía el resumen de cuatro libros. Uno de ellos llevaba el título “LA CIUDAD QUE NO QUISO MORIR”. En él se encontraban las historias, testimonios y diálogos de muchas personas que habían sobrevivido el que es considerado el peor ataque aéreo de la Luftwaffe (fuerza aérea alemana) ocurrido en Londres la noche del sábado 10 de mayo de 1941.
Londres bombardeada |
Se dice que en la mañana de ese fatídico día, la ciudad de Londres estaba plagada de lemas y carteles que decían: NO SEA UN CERDO TRAGÓN, CEDA SU LUGAR EN EL REFUGIO ANTIAÉREO A LAS MUJERES y uno nuevo que se exhibía con orgullo y que decía ¡GRAN BRETAÑA PUEDE TRIUNFAR! Esto naturalmente nos muestra el humor con el que algunos londinenses enfrentaban el trago amargo de la guerra y los bombardeos a su ciudad. Algunos vendedores ambulantes ofrecían botones para solapa con leyendas como esta ¡YO TAMBIÉN ESTUVE EN EL BOMBARDEO! SI LAS RODILLAS LE TIEMBLAN... ¡ARRODÍLLENSE! Recuerdo que cuando leí esta última frase, no pude evitar relacionarla con la necesidad de orar en tiempos de angustia ¿Porque, qué otra cosa simboliza el temblor de las rodillas sino el miedo que experimentamos ante las adversidades? ¿Y qué mejor manera de describir nuestra humana debilidad y la práctica de la oración que estar arrodillado?
Cabe preguntarnos ¿De qué manera actuamos frente a aquellas situaciones que superan nuestras fuerzas y que rebasan nuestra capacidad de resistencia? ¿Será que Dios está tratando de llamar nuestra atención para que volvamos a él nuestro corazón permitiendo las situaciones dolorosas que hoy sufrimos? Generalmente tenemos la tendencia a descorazonarnos, a perder la esperanza y a dejarnos dominar por el miedo. Pero ¿qué debemos a hacer ante semejantes circunstancias? La respuesta es ¡ORAR! No olvide que el Señor es fortaleza al pobre y al menesteroso en sus aflicciones, refugio contra el turbión, sombra contra el calor (Isaías 25:4)
¡No importa cuán malas sean las noticias que ha recibido o cuán difícil es su situación! Al fin y al cabo, SI LAS RODILLAS LE TIEMBLAN... ENTONCES ¡ARRODÍLLESE!
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