miércoles, 19 de octubre de 2016

EL REINO DE DIOS

“Hoy ya no se predica de santidad” “ya no se predica acerca de la venida del Señor” son algunas quejas comunes de predicadores y cristianos conservadores. Quizá tengan la razón, o a lo mejor no. Pero ¿con que frecuencia ustedes han escuchado esta frase? “Hoy ya no se habla acerca del reino de Dios”. Estoy casi 100 % seguro que no han escuchado una queja de ese tipo a pesar que el reino de Dios no se predica en nuestros púlpitos ¡Qué ironía! Temas de los que Jesús casi nunca habló o que no fueron su prioridad son los que más demandan los cristianos hoy, en cambio el reino de Dios que fue el centro y horizonte de su ministerio no es prioridad para sus seguidores y algunos hasta se sienten ofendidos al escuchar acerca de él. 

Si leen atentamente los Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) notarán que el tema principal en las enseñanzas de Jesús fue el reino de Dios. Nada le apasionó tanto, ni a nada dedicó tanto sus fuerzas; todo lo que Jesús hizo y dijo fue con el fin de establecer el reino de Dios en la tierra. Pero ¿Qué es el reino de Dios? Debemos responder primero que Jesús nunca definió en qué consistía. Pero eso sí lo reveló de dos maneras: 

A) LAS PARABOLAS. La mayoría de parábolas que Jesús contó tenían como tema central el reino de Dios, las parábolas del reino inician con la frase: el reino de Dios es semejante a....  

B) LOS MILAGROS. Por medio de estos Jesús hacia presente el reino entre sus contemporáneos ¿de qué manera? Pensemos en un leproso. La vida de un hombre con esta enfermedad estaba condenada a la exclusión y a la marginación en el ámbito religioso, social, laboral y económico. En el ámbito religioso estaba inhabilitado por su enfermedad a participar de la vida religiosa de Israel, en lo social vivía en total exclusión ya que no podía convivir con personas sanas, en lo laboral difícilmente podían hallar un trabajo digno y esto significaría que económicamente estaría condenado a la miseria. Pero ¿qué pasaba si Jesús lo sanaba? Lo que ocurría era que no solo era libre de su azote físico, sino que también era restituido en todas las demás áreas de la vida (religiosa, social, laboral y económica) ¡Eso hace el reino de Dios! 

Así que partiendo de las parábolas y de los resultados producidos por los milagros de Jesús, podemos decir que el reino de Dios es el cumplimiento de la voluntad de Dios en todas las esferas de la vida humana (en la naturaleza, en las estructuras sociales, políticas, religiosas y económicas. El reino de Dios ya está presente entre nosotros desde que fue inaugurado por Jesús.   

Donde quiera que se construyan relaciones justas con la creación de Dios y con nuestro prójimo allí está presente el reino, cuando los seres humanos están siendo liberados de todas las formas de opresión que sufren, entonces en ese lugar está actuando el reino, allí donde se practica la solidaridad y la compasión para con los más pobres y vulnerables, allí se hace presente su reinado.   

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