LA MEDIDA QUE SE USARA EN EL JUICIO
(MATEO 25: 31-46)
Todos en más de una ocasión nos hemos
imaginado el día en que estemos frente a Dios para dar cuenta de lo que hicimos
estando en el cuerpo. Dependiendo de nuestras creencias y convicciones
religiosas imaginamos de antemano quienes serán salvos y quienes serán
condenados. Los enfoques insistentes de los sermones que hemos oído en nuestras
iglesias nos dan una idea de la medida que Dios usará para juzgar a todos los
que comparecerán delante del Juez. En este punto conviene hacernos la pregunta
¿Y si solo fuéramos juzgados sobre la base de lo que hicimos o dejamos de hacer
para con nuestro prójimo?
La parábola del juicio de las naciones es
una hermosa ilustración que nos presenta lo que realmente es importante para
Dios, así como también como el Rey del universo se identifica con el ser humano
pobre, vulnerable y necesitado, algunas de las características del juicio final
según esta parábola son:
1) Todos comparecerán ante Dios sin
distinción de credo, raza, religión o condición económica.
2) Las ovejas que heredarán el reino
eterno, son aquellas personas que fueron solidarias con el prójimo.
3) Las cabras que serán lanzadas al fuego
eterno, son aquellas personas que no fueron solidarias con el prójimo.
4) Aunque el Hijo del Hombre está sentado
como rey en su trono de gloria, no obstante se identifica con el hambriento, el
sediento, el forastero, el enfermo y el privado de libertad al punto de
llamarles mis hermanos.
Este texto nos presenta un aspecto del
juicio final que ignoramos y que a la vez cuestiona nuestros enfoques y
creencias acerca de quién es una oveja y quien no lo es. Hablar acerca de estar
del lado del vulnerable, del desposeído, del pobre, del que es víctima de la
injusticia no es algo que agrade a la mayoría de evangélicos. Para muchos de
ellos eso suena a política, a socialismo o comunismo. El evangélico promedio
prefiere sermones con enfoques escatológicos fantasiosos y apocaliptistas, que
hablen de una santidad de corte farisaico o que le hablen de sanidad, bienestar
y prosperidad económica.
No puedo evitar pensar al leer este texto
bíblico, que nuestra definición de quien es una oveja y quien no lo es, es muy
diferente a la que tiene Jesús quien es el Rey que juzga desde su trono.
No nos olvidemos de los necesitados, de
los que tienen hambre y sed, de los que están presos, y los que están enfermos.
Hagamos lo que esté a nuestro alcance para ayudarles, y cuando lo hagamos no
pensemos en la recompensa, sino hagámoslo por amor, hagámoslo viendo en ellos
al mismo Jesús de Nazareth
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